MATERNIDAD y PATERNIDAD
EMBARAZO
Capítulo 1
“Ser padres es una elección”.
Para ir entrando en materia, los invito a ir preparándonos para comenzar a recrear todo el maravilloso escenario que se nos invita a disfrutar siendo por ahora dos con la esperanza de terminar siendo tres.
En algún momento, la sociedad entenderá y pondrá en práctica mi mayor utopía. Que los padres tengamos el derecho de estar con las madres en la parte final del embarazo. Imaginemos la cara fresca que pondremos cuando veamos el resultado positivo. Ayudar a compartir los momentos más difíciles desde el principio. Asustarnos juntos por tan mala preparación y acudir juntos a Google. Estoy seguro de que ha de ser una experiencia maravillosa y fortalecedora del amor.
Poner en practica la paternidad es cuando aprendemos juntos, compartir dolores como si fueran míos, es llenarme de paciencia ante sus continuos cambios de humor, es tomarle de la mano y decirle con gestos y palabras, que no está sola, es hacerle entender de mil maneras que el bebé tendrá tanto de su sacrificio y dedicación como de mis fatigas y mis ganas de hacer lo mejor para los tres.
De hecho, nuestra mejor labor se genera en acompañar todo este proceso y aprender, de su gran trabajo y diferenciarlo del nuestro. Nuestra lucha por la paternidad comprende que, en sacrificios y aceptación de condición, jamás estaremos a la par y aceptarlo como tal, hace que nazcan en mis sentimientos de admiración y un amor mas agradecido por todo lo que hace por mi hijo, por nuestro hijo.
Busco tener eco en esta cruzada para que los padres, primerizos o no, descansen tranquilos diariamente después de un nuevo y trajinado día en el cual dieron lo mejor de su tiempo y amor. Que no le gustó lo que hoy se preparó de almuerzo y ayer siempre le gustaba, que aunque sabe que su hermosa y tierna mujer lo ama, hoy ella ha preferido que no la toque, que a veces siente que su paciencia no le da para entender por todo lo que ella está pasando, que su sublime buen sexo ha tenido que tomarse un buen descanso y sin embargo, se siente tan afortunado porque van a tener un bello bebé y complacido por estar allí, junto a ellos. El delicioso sabor de una excelsa paternidad.
Afortunado, cuando al conocer la noticia del embarazo se siente recorrer nuestro cuerpo de la infinita alegría y ver que esa sonrisa de felicidad es única. Afortunado es estar allí soportando su cabeza cuando ha vomitado. Afortunado de muchas maneras, cuando la madre pide un abrazo porque siente que no puede más. Afortunado cuando juntos vemos las ecografías y su primera imagen. Afortunado conocer el sexo del bebé y enfrentar la dulce y responsable tarea de encontrarle un nombre. Afortunado verlo mover dentro esa barriguita que cada día crece y crece. Afortunado disfrutar de las sesiones de leer y aprender juntos sobre lo que nos espera. Afortunado compartir las compras de lo que el bebé va a necesitar. Afortunado asustarnos juntos del panorama que genera todas las precauciones para un natural y sano parto. Las mieles que nos regala una gloriosa y aceptada paternidad….
He sentido envidia de la buena viendo por todo lo que pasa mi pareja y de las lindas sensaciones que ella disfruta al albergar en su interior a mí hijo. Sus movimientos han de generarle sentimientos que yo no tendré, y tampoco el sentir su hipo al sobarse su barriga y saber que sigue allí creciendo y haciéndose cada día más fuerte.
Hemos disfrutado cada mañana al despertar ver el rostro de nuestra amada embarazada después de una noche interrumpida de sueño por sus continuas idas al baño. Aun así, se levanta batallando feliz viendo trascurrir este hermoso sueño de dar vida y porque sabe que hoy y siempre la cuidaremos y amaremos. Han de seguir sucediendo cambios corporales, le crecerán los senos y las caderas, la veremos más gordita y hermosa como siempre. Seguirá siendo, sobre todo, la mujer de quien nos enamoramos y quien nos dará, el maravilloso regalo de la mano de un Dios generoso…
Nuestra reivindicación, va de la mano con que asumamos este papel valientemente. Que creamos igualmente que esta nueva condición de vida que enfrentamos debe ser responsable y comprometida. Que cada dolor va a ser compartido a nuestra manera y nuestro mayor deseo es que sienta que queremos aliviarlo al apretar nuestra mano y vea el amor reflejado en cada mirada. Que estaremos cuidando al bebé apenas nazca y que lo tendrá pronto en su regazo para comprobar juntos, lo afortunados que somos.
El tomar el desayuno juntos. Salir a trabajar juntos, estar más pendientes y en contacto durante el día, ansiar volver a vernos al terminar la jornada, son todas las muestras muy necesarias para demostrarnos cariño. Tener presente que las necesidades de la mamá son muy diferentes a las nuestras. Debemos estar preparados y aunque nos sintamos también extenuados y queramos ir pronto a la cama, nuestro momento de hacerlo obedecerá al de ellos.
Al cabo del embarazo nos habremos de mirar diferente porque en cada acción pudimos ver las fortalezas y flaquezas del otro y nos conoceremos mejor. Las dificultades y sus soluciones nos pusieron frente a frente y nos ayudamos cuando sentimos desfallecer y salir adelante. Vamos a renacer y enfrentar lo nuevo de una manera enriquecedora y el disfrute será total….
Como hombres, como padres, tendremos la mejor manera de probarnos. A la hora de dar amor, comprobaremos las formas de cómo darlo. Aprenderemos de la satisfacción que causa el ser solidarios y la ayuda al prójimo. Y en la práctica, consideraremos como verdad, que el ser humano, en su estado de natural, es un ser altruista, nos veremos actuar en favor de otros semejantes sin tener la expectativa de recibir algo a cambio y esto, como ya sabemos, es la esencia del verdadero amor.